Si la de Alex Aranburu fue la victoria de la modernidad, la de Ion Izagirre en la cuarta etapa de la Itzulia que concluía en Hondarribia ha sido la de los valores clásicos del ciclismo. Las viejas leyes no escritas del deporte están ahí por algo. Por ejemplo, el respeto que se debe al campeón, que es reverencial. Si alguien corre con el dorsal
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