Diario Vasco

vuelta al país vasco

Caídas, averías y pinchazos persiguen a Alberto Contador en la Vuelta al País Vasco

Alberto Contador cruza la línea de meta en Bilbao con el maillot hecho jirones. :: KARLIS
Alberto Contador cruza la línea de meta en Bilbao con el maillot hecho jirones. :: KARLIS
  • «Si he salvado el día de hoy, ya puedo salvar cualquiera», señala tras besar el suelo por segunda vez en esta Vuelta al País Vasco

La suerte ha abandonado últimamente a Alberto Contador, que no sale de un incidente y ya está involucrado en otro. Lleva dos caídas en esta Vuelta al País Vasco después de verse involucrado ayer en otra en Bilbao a falta de unos treinta kilómetros para la llegada. Terminó con heridas en los dos hombros, así como en el brazo, el codo, la cadera y el cuádriceps izquierdos. En principio, no presentan mayores inconvenientes para el corredor del Trek-Segafredo, que sufrió otra avería en El Vivero y un pinchazo que le obligó a cambiar la rueda delantera ya en el último kilómetro.

«Ha sido imposible evitar la caída», indicó Contador tras cruzar la línea de meta. «Hay veces que te toca. Es igual que vayas bien colocado. Ha sido bastante mala porque íbamos rápido. Los que iban delante se han hecho daño. Todavía estoy en caliente y no siento mucho dolor, pero va a ser una noche complicada».

Besó el suelo junto a varios corredores más al primer paso por Bilbao, poco antes de llegar a la meta volante. Dani Navarro tuvo que subirse a la ambulancia en ese incidente. El ganador de cuatro ediciones de la Vuelta al País Vasco se levantó con el maillot roto a la altura de sus dos hombros. Restaban treinta kilómetros para la meta.

Continuó hasta que, al darse cuenta de una avería en su bicicleta, la cambió por la de su compañero de equipo Julien Bernard en la ascensión al Vivero. Tardó poco en la operación y enlazó pronto con los de cabeza. Cubrió los veinte últimos kilómetros sobre la máquina que llevaba el dorsal 2 en lugar del 1, el suyo como ganador de 2016. «He ido incómodo hasta el final porque el compañero es más pequeño que yo».

Sin embargo, su lista de percances del día no había acabado. Ya dentro del último kilómetro, después de que Luis León Sánchez se estrellara contra las vallas en la rotonda anterior a la recta de meta, Contador se detuvo para que el vehículo de asistencia de Shimano le cambiara la rueda delantera, pinchada. Tras recibir la atención del mecánico, recorrió la recta final en solitario y tranquilo. Al producirse el incidente dentro de la zona de seguridad -tres últimos kilómetros-, tenía garantizado el mismo tiempo del primer corredor del grupo principal.

«Había notado un par de extraños antes», apuntó Contador. «La rueda delantera había perdido aire y me he parado para cambiarla. Si he salvado el día de hoy, ya puedo salvar cualquiera».

Pidió una revisión de los kilómetros finales y del paso por Bilbao. «Hay que replantearse este final con tanto cono. Nos metemos por dentro, por fuera y hay que prestar atención».

Sucesión de caídas

Llueve sobre mojado. Ya el lunes, en la primera etapa, Contador rodó por los suelos camino de Sarriguren, al encontrarse a dos corredores a 700 metros de la línea de llegada de Sarriguren. «No he tenido más opción que salirme con ellos», confesó.

No hay que remontarse mucho para encontrar sus anteriores incidentes en carrera. Se fue al suelo en una etapa del Tour de Abu Dabi. Más tarde, dos perros se le cruzaron en la contrarreloj individual de la Vuelta a Andalucía, en Lucena, aunque pudo esquivarlos.

Si bien nunca se había distinguido por verse involucrado en caídas, una mala racha persigue a Alberto Contador desde hace tiempo. En la Vuelta a España del año pasado no pudo mantener el equilibrio a la entrada de un puente, en Puebla de Sanabria. «Se me ha metido un corredor por dentro», se quejó el pinteño, entonces en las filas del Tinkoff.

Tampoco le habían rodado bien las cosas en el Tour de Francia unas semanas antes. Dos golpes importantes en los dos primeros días de carrera estuvieron en el origen de su abandono en la novena jornada.

Incluso su última victoria en una prueba de tres semanas, la del Giro de Italia de 2015, no estuvo exenta de inconvenientes. Sufrió dos caídas en dos llegadas al sprint. Se le salió el hombro y se hirió en una pierna. Entonces se sobrepuso.

La llegada al Trek-Segafredo no parece haber supuesto el fin de esta racha negativa.

Recibe nuestras newsletters en tu email

Apúntate