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Itzulia: Una crono en cuatro actos
Itzulia

Una crono en cuatro actos

Reconocimiento. Reciente ganador de una etapa en el Alentejo, Azparren disecciona los 7,5 kilómetros con los que arrancará la Itzulia el lunes en Hondarribia

Iñaki Izquierdo

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Viernes, 1 de abril 2022

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Salida. Azparren, en la acera del paseo de la playa.

Xabier Mikel Azparren (Euskaltel) conoce la crono inicial al dedillo. Vivió un tiempo en Hondarribia y el recorrido no tiene secretos, pero ante una carrera de la importancia de la Itzulia no duda en inspeccionar los 7,5 kilómetros. La etapa partirá de la playa, del punto más cercano a la desembocadura del Bidasoa y a Hendaia, se incorporará a la carretera y enfilará hacia el faro. Tras hacer la vuelta completa, el donostiarra, buen especialista contra el reloj, tiene las ideas claras. «La primera de las cuatro partes en que yo dividiría la crono va desde la playa hasta el comienzo de la subida al faro. Se sale del extremo de la playa y se recorre todo el paseo por la acera. No tiene mucho misterio. Es un tramo en L, porque se gira a la derecha para incorporarse a la carretera y son dos rectas. Se trata de darle, de intentar coger velocidad, de no perder tiempo y de intentar entrar en la dinámica de la crono. Es un tramo sin dificultad en el que se puede aprovechar la cabra. El viento no influirá, porque en esta zona, si sopla, suele ser siempre favorable».

San Telmo. Subida explosiva y bajada difícil.

El segundo tramo, explica Azparren, «incluye la subida al faro (500 metros al 9% y una rampa del 12% a la altura del castillo de San Telmo) y la bajada. La ascensión desde el puerto hasta el falso llano de arriba llevará unos 40 segundos. Es una subida que se pega y puedes cometer el error de pasarte, pero en mi opinión no va a estar ahí el misterio de la contrarreloj. Sí que se puede perder, porque le des demasiado fuerte y se te vaya, pero se puede ganar más en el falso llano de arriba. Si llegas con fuerza, ahí sí puede haber diferencias porque la velocidad que se puede conseguir es mayor. La bajada cambia mucho de hacerla en seco a hacerla en mojado, así que la meteorología va a ser muy importante. Es un descenso muy rápido, se alcanza mucha velocidad. En las primeras curvas apenas hay que tocar los frenos ni quitarte de los acoples, pero en la parte final hay tres o cuatro curvas técnicas que en mojado te puedes ir al suelo. Son peligrosas».

Tramo intermedio. El donostiarra cree que la crono se ganará entre las dos subidas.

Es la parte intermedia de la crono. «Se aprovecha otra vez mucho la cabra, como en la primera», estima el ciclista donostiarra. «Para mí, es aquí donde se va a ganar la crono, donde se van a establecer las diferencias reales. Es a donde tienes que llegar entero. Si entras con fuerza en esta tercera fase, vas a poder abrir huecos. Entre los favoritos, las mayores diferencias se van a hacer ahí. Es un tramo de tres o cuatro kilómetros, en los que de ir a 40 por hora a ir a 50 hay mucha diferencia. El único factor que puede hacer pensar sobre el material es la lluvia. Disponemos de unos 'tubeless' que tienen una mejoría y se usan en las cronos, pero esa ganancia en velocidad se pierde en agarre. Si llueve, habría que plantearse salir con los normales para que, aunque no tengas esa ganancia de velocidad, no te vayas al suelo y pierdas de verdad la crono. La bici será la cabra normal, lenticular atrás y rueda de perfil ancho delante. Ahí no hay duda. Las presiones sí pueden ser decisivas por la lluvia y el pavés del tramo final. El gran favorito es Roglic, en este tipo de crono y en todas. Me fijo mucho en él. Esa postura natural es fruto del trabajo. Cuanto más trabajas, más cómodo vas. En la bici de ruta vamos todos cómodos porque metemos muchísimas horas. Si de esa, un porcentaje alto lo usas para ir en la bici de crono el resultado es ir como va él. Habría sido ideal para Alex Aranburu, pero están en Flandes, y veo a Pello Bilbao, que siempre hace buenas cronos, ha venido a reconocerla y está en un buen punto. Creo que es uno de los favoritos para llevarse la Itzulia. La contrarreloj no es la jornada que he marcado en mi agenda. Me he fijado más en otras dos, en la etapa con final en Mallabia, que creo que es la única en la que puede llegar la fuga, y la de Llodio, que es tipo clásica. Puede parecer menos atractiva porque no tiene puertos muy conocidos, pero sí puede ser decisiva».

Meta. Llegada al centro tras bajar de la parte vieja.

La última parte se inicia tras un giro a la izquierda que da entrada a los tramos de pavés -doscientos metros de ascensión por un adoquín grande, incómodo, al 9% de desnivel antes de llegar a la plaza de Armas-. «Es una zona más técnica donde, en mi opinión, no va a haber tantas diferencias pero sí puedes perder la crono a la hora de cometer un error técnico e irte al suelo. En mojado, hay un giro a derechas después de afrontar la subida de pavés que tiene una loseta roja que puede ser complicada, en la que existe el riesgo de irte al suelo si cometes un error. La llegada está justo al final de una bajada que habrá que afrontar con atención, a la mitad de la calle San Pedro, en una recta sin obstáculos en la zona que habitualmente es peatonal. Me gusta la contrarreloj, pero no es una crono para mí. Las prefiero un poco más largas y un pelín más exigentes, pero vengo a gusto. Llego en un punto de forma muy bueno y el objetivo es estar lo más arriba posible. Con ganas».

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