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Milan Vader abrazado al doctor Tomás Rodríguez, cuya intervención fue vital para salvarle la vida tras una caída en la Itzulia el 8 de abril de 2022 Karlis
El emocionante abrazo de Milan Vader con el doctor que le salvó la vida hace dos años tras su caída en la Itzulia
Itzulia

El emocionante abrazo de Milan Vader con el doctor que le salvó la vida hace dos años tras su caída en la Itzulia

El corredor neerlandés del Visma se ha reencontrado con el doctor Tomás Rodríguez en la salida de la última etapa en Eibar y se han fundido en un abrazo lleno de agradecimiento

A. Algaba

Sábado, 6 de abril 2024, 13:26

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La Itzulia toca este sábado a su fin. No ha sido una carrera sencilla y quedará en el recuerdo, sobre todo, por la brutalidad de la caída registrada el jueves en la cuarta etapa en la que se vieron implicados doce corredores, entre ellos los favoritos Jonas Vingegaard, Primoz Roglic y Remco Evenepoel. Pero si hablamos de caídas extremadamente graves en esta carrera, debemos remontarnos a la Itzulia de hace dos años, al 8 de abril de 2022, cuando el ciclista neerlandés Milan Vader sufrió un accidente espeluznante que puso en serio riesgo su vida. Casi dos años después, este sábado, al inicio de la última etapa de la ronda vasca, Vader ha podido abrazar a Tomás Rodríguez, el médico de la carrera que le salvó la vida.

El encuentro ha sido emocionante, en el podio instalado al inicio de la prueba en Eibar. Vader y Rodríguez se han fundido en un abrazo, con el que el neerlandés ha querido agradecer aquella actuación que le salvó la vida. El ciclista del Visma le ha obsequiado con un ramo de flores al médico, ante los aplausos emocionados de todos los presentes.

Y es que aquel 8 de abril de 2022, Vader estuvo a punto de perder la vida en la Itzulia. En la quinta etapa de la carrera, Vader sufrió una caída en el descenso de Bedarona, a cien kilómetros de la meta de Mallabia. El ciclista neerlandés, de 26 años, tuvo que ser evacuado al hospital de Cruces, donde fue operado de urgencia. El parte médico era aterrador: lesiones en la cabeza y fracturas de vértebras, clavícula y omoplato. Las dos arterias carótidas que surten de oxígeno al cerebro estaban afectadas. Pasó dos semanas en coma inducido, hasta comprobar los daños neuronales.

Tomás Rodríguez reconoció que en toda su experiencia como médico de ciclismo la de Vader fue «la situación más comprometida que he tenido». «Lo primero que pensé fue en trasladarle en helicóptero por el traumatismo torácico, pero cuando le empezamos a mover recuperó a consciencia», describe. Eso rebajó la tensión. «Vimos que tenía un traumatismo craneoencefálico y torácico y decidimos trasladarlo a Cruces en ambulancia». Ahí se produjo un momento crítico: «Durante el traslado, cuando ya está monitorizado, sigue quejándose del dolor y nos dice que le cuesta respirar. En ese momento las constantes vitales están bien al igual que la saturación de oxígeno. Pero luego empezó a bajarle la saturación».

Además de costillas y vértebras rotas, las dos arterias carótidas que surten de oxígeno al cerebro estaban afectadas. Había riesgo de daños neuronales. «En ese instante le decimos a la ambulancia que pare, que hay que dormirle e intubarle. Comenzamos con la ventilación asistida hasta el hospital de Cruces. Le estabilizamos». Rodríguez y su equipo vieron la gravedad del traumatismo torácico, con probable neumotórax. «Incluso pensamos en si había que ponerle un drenaje torácico en la ambulancia. Pero como se encontraba estable, esperamos a llegar al hospital», donde ya se le hizo un escáner y más pruebas.

Tras una larga recuperación, Vader estuvo dos meses hasta que pudo subirse de nuevo a una bicicleta de carretera, y en septiembre de aquel año regresó al hospital de Cruces para dar las gracias al personal que le atendió en la UCI. «Volver a la unidad de cuidados intensivos en Bilbao me provocaba emociones contrapuestas, pero estoy súper contento de haberlo hecho. Para mi sorpresa, mucha gente me reconoció. Fue bueno mantener una pequeña conversación con las personas que me salvaron la vida. Son mis héroes y los de muchas otras personas», explicó en aquella visita el ciclista neerlandés.

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