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Iñaki Izquierdo
Martes, 26 de abril 2022
Ane Santesteban (BikeExchange) ha completado una excelente campaña de las Ardenas, con un décimo puesto en la Flecha Valona y un protagonismo importante culminado con el 17º lugar en la clasificación de la Lieja-Bastogne-Lieja. La errenteriarra regresa de Bélgica cargada de moral para afrontar las carreras de casa, con la Itzulia, que este martes se presentó en Vitoria, como gran objetivo.
– Del 13 al 15 de mayo se disputará la primera Itzulia femenina. ¿Qué opina?
– Siempre es bonito que vayan surgiendo carreras nuevas y vamos a tener una fase importante, con Navarra, Durango, Itzulia... Que todas esas carreras se hagan en Euskadi es relevante pensando en el futuro, en las jóvenes que vienen por detrás.
– ¿Qué le parece el recorrido?
– Lo tengo ya muy estudiado, incluso he inspeccionado alguna etapa con el equipo. La última etapa me genera mucha ilusión. Es un recorrido muy similar al de la Clásica de San Sebastián. Correr en casa es súper especial, algo diferente. Me hace ilusión competir delante de gente conocida, en las carreteras de toda la vida y en una prueba de tanta relevancia. Espero que todo eso me dé un punto extra.
– ¿Cuál es su objetivo concreto para la Itzulia?
– Ganar siempre es el objetivo. En los últimos años veo que mejoro, pero me falta dar ese salto a conseguir victorias. Ganar la Itzulia sería más que un sueño.
– Va a ser la referente del ciclismo vasco en la carrera. ¿Cómo asume esa responsabilidad?
– Me hace ilusión, me motiva. No lo siento como una presión, todo lo contrario. Las carreras de casa son las que mejor se me han dado siempre, en las que más he andado. Tener referentes es importante. En los últimos tiempos noto que cumplo ese papel. Me llegan cada vez más mensajes en ese sentido, a través de las redes sociales y de personas que me dicen que sus hijas se fijan en mí y les gustaría hacer lo que yo hago. Es muy gratificante, me hace ilusión.
– Es un gran salto adelante para el ciclismo femenino.
– Es importante. Yo, cuando ya estaba inmersa en mi carrera, tuve a Leire Olaberria como referente, por todo lo que conseguía. Pero, y lo he comentado con algunas compañeras del pelotón, yo he vivido toda la evolución. Cuando empecé no había ningún referente ni una perspectiva siquiera de tener un itinerario hasta el máximo nivel. No había nada, pero se van dando pasos y consiguiendo cosas.
– ¿Es optimista?
– Se va mejorando en ese sentido. Por ejemplo, en muchas carreras los premios para hombres y para mujeres se han igualado, que era algo que se necesitaba. Lo de algunas carreras era patético, vergonzoso. Había premios que ni en las carreras de los pueblos. Son cosas que duelen, pero ahora vemos que van cambiando.
– ¿Qué importancia va a tener para el ciclismo femenino la celebración del Tour de Francia?
– Todo el mundo se lo marca como objetivo. Hasta ahora, el Giro era la carrera por etapas más importante, pero ahora el Tour le va a dar una nueva dimensión. De hecho, estar en el Tour es el objetivo del 90 o del 95% de las ciclistas del pelotón.
– ¿También de Ane Santesteban?
– Sí, pero no estoy tan obsesionada con el Tour. Mi idea es disputar Giro y Tour y tengo mucha ilusión por la carrera italiana, que me gusta mucho. Pero también tengo ganas de correr el Tour.
– ¿Qué balance hace de su semana de clásicas ardenesas?
– En Lieja quería un poco más, pero cometí algunos errores. Mavi García y yo nos quedamos cortadas en el grupo perseguidor y aunque estábamos a diez segundos de cabeza nadie trabajaba. Arrancábamos, nos cogían y parábamos, el caso es que no entramos. Fue frustrante quedarme atrás por una tontería, pero las clásicas son así. Hay que coger el momento bueno y estar bien posicionada siempre, eso es clave. Pero en general estoy contenta, porque venía de un año complicado.
– ¿Qué problemas tuvo?
– Hice un invierno muy bueno. Trabajé con mucha motivación, incidiendo en mis puntos débiles, sobre todo los momentos explosivos. Me costaban los cambios de ritmo y creo que he logrado mejorar eso. Empecé bien en Valencia, pero me caí en Strade Bianche y estuve una semana parada. Reaparecí en Cittiglio, pero fui con lo justo y pagué el sobreesfuerzo. Me pasó factura y vuelta a empezar. Estuve con antibióticos. Luego, en Flandes me volví a caer. Tenía la sensación de que salía de una y me metía en otra. Eso genera dudas, pero seguí entrenándome bien.
– ¿Qué importancia otorga al decimo puesto en Huy?
– Ser décima en la Flecha Valona fue un espaldarazo. Todo el mundo sabe la importancia que tiene, con el final en el Muro de Huy. Siempre me ha encantado esa carrera.
– ¿Cómo fue?
– La Flecha siempre se decide al final, en las dos últimas subidas. Los primeros ataques llegan en la penúltima y al desenlace ya se presenta un grupo muy selectivo. Intenté coger mi ritmo para luego darlo todo en el Muro de Huy. Me salió bien.
– Aparte del resultado, ¿qué le aporta una actuación así?
– Me ha dado un punto más de confianza. Si he hecho décima en la Flecha Valona no es por suerte, sin piernas no puede llegar este resultado. Y eso te da confianza.
– Cuatro días después, en Lieja, ratificó ese nivel. ¿Cuál de las dos carreras es más importante?
– Lieja es la decana de las clásicas masculinas (108 ediciones), pero para nosotras ambas son parecidas porque la Flecha lleva disputándose muchos años (25) y la Lieja es reciente (6). No hay mucha diferencia. Las dos y la Amstel son especiales. Es súper bonito por toda la gente que hay, y además son carreras muy duras, no tienen ni un kilómetro de descanso. En Flecha sabes cómo es el final y que hay que guardar hasta entonces; en Lieja es diferente, desde la primera subida en el kilómetro 45 se encadena una tras otra.
– Es espectacular la cantidad de público que atraen.
– Sí. Hay mucha gente y notamos que cada vez nos conocen más y que firmamos muchos más autógrafos.
– Cumple su segunda temporada en el BikeExchange. ¿Está encontrando lo que buscaba cuando decidió cambiar de equipo?
– Estoy súper contenta. Renové por dos años y me quedan este y el que viene. Nos dan muchas facilidades.
– ¿Nota las sinergias con el equipo masculino?
– Lo hemos hablado otras veces. Tener equipo masculino nos permite acceder a muchas mejoras, a nivel de material, preparación, estudios, nutrición, staff... Se nota. Ha crecido tanto el nivel del ciclismo femenino que hay que cuidar hasta el más mínimo detalle. Comparo los vatios de hace tres temporadas con los actuales y ahora damos muchos más. Para estar a ese nivel hay que cuidarlo todo. Y tener una estructura fuerte es importante, porque hay personas que están pendientes de mejorar en todos los campos. Los mecánicos con el material, el dietista... Todo.
– ¿Espera que el rendimiento ofrecido en Bélgica le sea útil en sus próximos objetivos?
– Llega una fase del calendario que es muy importante para mí, con mis verdaderos objetivos. Las de mayo son las pruebas de casa y son mi meta principal. Creo que tendré bastantes posibilidades de hacer mi carrera y llego con la moral alta.
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