Diario Vasco

vuelta al país vasco

Cambio de bici más físico que estratégico

Alberto Contador recibe la cabra de manos del mecánico Faustino Muñoz tras deshacerse de su bicicleta habitual a pocos metros de la cima de Karabieta.
Alberto Contador recibe la cabra de manos del mecánico Faustino Muñoz tras deshacerse de su bicicleta habitual a pocos metros de la cima de Karabieta. / KARLIS
  • Contador explicó que «tengo los codos doloridos y he elegido la normal para ir más cómodo en la subida a Karabieta»

  • El corredor del Trek tardó siete segundos en poner pie a tierra, coger la cabra, recibir el empujón del mecánico y reemprender la marcha

«Después de las caídas de los días anteriores, tengo los codos doloridos y he elegido salir con la bicicleta normal para la subida a Karabieta con el fin de ir más cómodo». Alberto Contador razonaba así por qué prefirió cambiar de bici en la contrarreloj de ayer en Eibar. No habló de arañar segundos, sino de una opción escogida principalmente debido a su estado físico.

Tomó la salida con la bici que había empleado en las cinco etapas anteriores de la Euskal Herriko Itzulia, con un plato grande de 54 dientes que metió en el tramo final. El plan establecido era aprovechar al máximo posible el menor peso de la máquina y la posibilidad de llevar una postura natural durante la ascensión, de unos seis kilómetros.

Contador, su mecánico y su director habían inspeccionado por la mañana el recorrido. Les vieron pasar por Elgeta hacia las diez, primero en bici al corredor y luego en coche junto a sus acompañantes. Habían decidido el punto donde efectuar el cambio de bicicleta: a cincuenta metros de coronar.

El ciclista de Pinto llevaba 13 minutos y 18 segundos de contrarreloj cuando se detuvo. Tardó siete segundos en poner pie a tierra, subirse a la cabra -con rueda lenticular trasera y con bastones la delantera-, recibir el empujón de su mecánico de confianza, Faustino Muñoz, y reemprender la marcha. Más difícil de calibrar resulta evaluar el tiempo que se pierde por cambiar el ritmo, así como el que se ha podido ganar durante la ascensión.

No le fue mal. Así lo indica el resultado de la primera parte de la crono. Pese a los segundos cedidos en la maniobra, al paso por el alto marcaba el mejor tiempo de todos, por delante de Jon Izagirre y de Alejandro Valverde. Concluida la bajada, disponía de nueve segundos de renta sobre Valverde y once respecto a Jon Izagirre, ya sus dos únicos oponentes para la clasificación general. Había sido el mejor en los doce primeros kilómetros.

La Vuelta al País Vasco no se le escapó por esa estrategia, sino en los quince últimos kilómetros, los más llanos, en los que no obtuvo de la cabra el mismo provecho que de la bicicleta normal en Karabieta. También se quejó de que le faltaron referencias desde el automóvil del director.

Ya el año pasado, sobre un trazado muy distinto ya que la crono ascendía a Arrate por Matsaria para descender después hacia Eibar y subir otro repecho dentro de las calles antes de dirigirse hacia la meta, Nairo Quintana optó por una estrategia similar a la de Contador ayer. Recurrió a la cabra para un tramo corto en la variante de la ciudad armera. El empujón del mecánico resultó espectacular.

También George Bennett

Hubo dos ciclistas que eligieron salir con la bici de todos los días, subir con ella Karabieta y montar sobre la cabra en su cima: Contador y George Bennett, el neozelandés del Lotto-Jumbo, décimo en la etapa y undécimo en la general final.

Ya en igualdad de condiciones en cuanto a la montura y con un desarrollo máximo de 56x11 para el tramo más llano, tanto Alejandro Valverde como Jon Izagirre rodaron a una velocidad más alta que Contador. También corredores como Urán, Woods y Bardet eligieron esa misma combinación, la preferida entre los componentes del pelotón sus directores. Louis Mentjes, ligero ya que pesa solo 59 kilos, colocó un plato grande de 54 dientes, empujado posiblemente por sus condiciones físicas.

Ahora bien, una cosa es llevar en la rueda trasera el piñón de once dientes y otra, distinta, poseer potencia suficiente en las piernas para ponerla en marcha y mantener la velocidad. Tocaba jugar con el desarrollo. También en la subida al repecho de Soraluze, traidora y tendente a romper el ritmo.

Fue a partir de ese punto donde Alejandro Valverde, más entero en los cinco últimos kilómetros y quizá mejor a la hora de repartir los esfuerzos durante el recorrido, estableció las mayores diferencias entre los candidatos a la clasificación general. Terminó fuerte.

El 56x11 de Roglic

Quien mayor provecho sacó del 56x11 fue Primoz Roglic. Las diferencias obtenidas por el exsaltador de esquí esloveno en los quince kilómetros finales de la crono explican también el desenlance de la carrera.

Roglic empleó 16 minutos y 9 segundos para esos quince kilómetros entre el barrio de San Juan de Bergara y la llegada en la plaza Unzaga de Eibar, favorables para los rodadores. Fue 33 segundos más rápido que Alejandro Valverde y 36 mejor que Jon Izagirre, muy parejos ambos durante todo el recorrido. Contador, sin embargo, cedió casi un minuto, en concreto 56 segundos, respecto al vencedor de la etapa. Está claro dónde se le escapó al de Pinto su quinta Vuelta al País Vasco.

La crono también ofreció la oportunidad de comprobar el diferente pedaleo de Alberto Contador y Jon Izagirre, que poseen estilos distintos cuando se suben a la cabra. El corredor del Trek va más largo sobre ella y es habitual verle retrasar su posición sobre el sillín cada cierta distancia. El de Ormaiztegi, en cambio, pedalea recogido. Da la impresión de ir adelantado en el sillín.

Recibe nuestras newsletters en tu email

Apúntate