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David de la Cruz, un líder de la Vuelta al País Vasco defensor de la dieta paleo

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David de la Cruz, feliz con el maillot amarillo en el podio de la Euskal Herriko Itzulia. :: MICHELENA

  • Consiste en un régimen a base de carne, pescado, verdura y hortalizas, y descarta la pasta y los lácteos

David de la Cruz es un ciclista peculiar. De hecho, empezó a correr en bicicleta a los «17 o 18 años. Hasta entonces había practicado diferentes deportes. Sobre todo corría a pie». Todo cambió tras comprarse una bicicleta BH de 500 euros. Con ella descubrió el ciclismo.

También ha sido muy cuidadoso con el tema de la alimentación, para el que eligió en su día la dieta paleo. El catalán de Sabadell, de 27 años, lo explicaba así en la Vuelta al País Vasco de hace dos campañas: «Como carne, pescado, verdura, hortalizas, fruta y frutos secos. Bebo agua. A ser posible, renuncio a cualquier otro alimento. Se me hace fácil seguir esta dieta cuando estoy en casa y más complicado cuando me voy con el equipo».

El ciclista azkoitiarra Mikel Elorza, hoy en las filas del Amore Vita, también recurrió a la dieta paleo para curar sus alergias. «Me fue bien», apunta. Marcos Llorente, futbolista del Alavés, también es fiel a este tipo de alimentación.

«Prefiero no comer pasta», indica el nuevo maillot amarillo de la Euskal Herriko Itzulia. Tampoco productos lácteos, sal y legumbres. Es la base de la dieta paleo, que debe su nombre a que procede del Paleolítico. Apuesta por la alimentación de los seres humanos de aquella era.

«Yo pensaba que comía bien hasta que visité a Carlos Pérez en 2013. Acudí a él porque andaba con problemas de alergia», confesaba De la Cruz. «Salí completamente trastornado tras escucharle. En unos minutos pasé de estar convencido de que mi alimentación era correcta a pensar que comía muy mal. Me explicó la experiencia de la paleodieta, con base científica y motivos serios. Y empecé a empaparme de sus libros. Me di cuenta de que no sabía comer». Así de simple.

Reconoce que el principio con la dieta paleo le resultó difícil. «Nuestros antepasados del Paleolítico se alimentaban así: frutas, semillas, carne, pescado, huevos y frutos secos. Decidí eliminar parte de la alimentación que tenemos tan implantada en la sociedad. El primer mes fue duro porque estás habituado a las grasas, al azúcar, a la harina... Sin embargo, pronto empecé a sentir la mejoría».

De la Cruz añade que «lo intento seguir a rajatabla. Pero el oficio de ciclista me obliga a viajar por todo el mundo, a visitar distintos países y culturas. Me planteo adaptarme y conseguir mantener el equilibrio».

El propio deporte de élite aumenta las dificultades. «Un día de competición y de gran carga de entrenamiento puedo gastar entre 5.000 y 6.000 calorías. Necesitas 'gasolina' para recuperar. Tengo claro que no me conviene ni la pasta ni el pan. Para encontrar ese equilibrio, cuando no estoy fuera, recurro al arroz, a la patata y a un pan con trigo sarraceno que elaboro en mi propia casa».

No le ha ido mal. Ayer estaba feliz en Donostia: «Ha sido un día duro, muy duro, pero bonito a la vez. El equipo me ha ayudado al máximo para firmar un día redondo porque Kittel también ha vencido en Bélgica».

Relató su movimiento en Mendizorrotz: «Ha arrancado Cherel (Ag2r) y he decidido irme con él. Sin embargo, me he visto solo unos metros más arriba. Aunque soplaba algo de aire y faltaba bastante para meta, he tirado para adelante a ver si sonaba la flauta». Salió cara.

Ahora toca defender el liderato. «No será fácil porque vienen jornadas duras y hay un nivel alto en este pelotón. Veo mucha gente de categoría en la carrera. A ver si aguantamos el maillot amarillo de la mejor manera posible».

Antes de dedicarse al ciclismo, trabajaba en un supermercado por las mañanas y dedicaba las tardes a los estudios. Iñaki Jaunikorena le tuvo a sus órdenes en el Caja Rural: «Corría en el equipo aficionado Grandvalira de Andorra. Le consideraban el protegido de Purito Rodríguez».

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