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Markel Irizar, un extraño en casa

El oñatiarra Markel Irizar bromea con sus compañeros del Trek-Segafredo en la pasada edición de la Strade Bianche.
El oñatiarra Markel Irizar bromea con sus compañeros del Trek-Segafredo en la pasada edición de la Strade Bianche. / KRISTOF RAMON
  • El oñatiarra afronta su tercera Itzulia, tras once temporadas corriendo la Vuelta a Flandes y la París-Roubaix en las fechas de la ronda vasca

  • Gregario de Contador, advierte del peligro de «Valverde, Jon Izagirre y algún contrarrelojista que ceda poco en Arrate»

Markel Irizar recuerda «como si fuera ayer» su debut en la Vuelta al País Vasco, en 2005, en su segunda temporada profesional. «Esa edición fue especial para mí. Era muy joven, corría en el equipo de casa, Euskaltel, y la carrera acababa en Oñati. Así que imagina la ilusión que tenía. En la carretera las cosas no nos salieron bien y la crono de Oñati, con mucha lluvia, se hizo muy dura. Ese día, uno del Fassa Bortolo al que no conocía se dio un zurriagazo impresionante al entrar en la plaza de Oñati. Ese ciclista caído resultó ser Vincenzo Nibali, y mira todo lo que ha ganado y aún seguimos en la pelea. El tiempo pasa muy rápido, señal de que estamos disfrutando encima de la bici».

Desde aquel estreno, Irizar acude a la Itzulia cada seis años. La edición de 2011 la corrió «¡a fuego!», exclama con una sonrisa. Con el maillot del Radioshack, «hicimos primero y segundo con Klöden y Horner. Al año siguiente me dio pena perdérmela porque también se llegó a Oñati». Sin embargo, Fabian Cancellara le reclamó a su lado en las clásicas del norte.

Tras la retirada del suizo, Trek-Segafredo ha experimentado este año «bastantes cambios» en su plantilla. Al margen de Alberto Contador, «se han fichado varios corredores para las clásicas», entre ellos John Degenkolb, ganador de Milán-San Remo y París-Roubaix. «Con Fabian siempre éramos favoritos y trabajábamos para él, por lo que yo tenía mi rol. Ahora debemos correr más al ataque, y mi trabajo para un líder tiene más sentido con Contador. El equipo me propuso el cambio y no me ha importado correr en casa».

Aunque disputó Omloop Het Nieuwsblad, Kuurne-Bruselas-Kuurne y Strade Bianche, verá Flandes y Roubaix por la televisión. «Ese día no habrá 'marrazki bizidunak' en casa porque el mando a distancia lo tendrá el aita. Estoy deseando ver Flandes. Cuando deje la bicicleta iré con los amigos o la familia para ver el espectáculo en torno a la carrera. Como ciclista te lo pierdes».

En los adoquines ha visto a «Sagan y Van Avermaet por encima del resto, pero me ha sorprendido el nivel de Gilbert, que ha vuelto con fuerza. Son favoritos en Flandes. En Roubaix veo también a ciclistas como Boonen, Dekengolb, Kristoff...».

Centrado ya en la Vuelta al País Vasco, considera que Contador es un firme candidato al triunfo, «pero no el único. En la Volta Valverde estuvo súper, impresionante. Pocas veces habrá estado tan bien. A Jon Izagirre también le va muy bien la crono», que considera más decisiva que el final en Arrate. «No se sabe aún la inscripción definitiva, pero si viene gente como Tony Martin, Kwiatkowski o Castroviejo y no ceden mucho en Arrate, en la crono pueden tener su opción».

El cambio de calendario apenas ha variado la preparación de Markel, aunque ha corrido «mucho». Lleva ya 25 días de competición, así que si disputa Tour y Vuelta se irá por encima de los cien. Físicamente, «he intentado estar más fino. Tengo nutricionista y estoy en 5,4 de grasa, quizá un punto menos que otros años, pero peso parecido porque soy un ciclista de mucho músculo».

«Relativizo más»

Este año «me está faltando un poquito. Tras la caída en la Vuelta a España la boca me ha dado problemas. En Tirreno tuve una infección y corrí con antibióticos, lo que siempre te merma, y me está costando».

Tras País Vasco hará «un descanso de dos semanas. Me iré con la familia y la bicicleta, para desconectar. Luego me concentraré con Haimar, seguramente en Jaca porque el trabajo en altitud no me da el resultado que desearía. Luego haré California, Dauphiné y ojalá que Tour».

Irizar afirma que este año intenta tomarse «las cosas con más calma», lo que conociéndole no significa que tranquilo... «Relativizo más. Quiero disfrutar las cosas sin comerme tanto la cabeza». Tiene otro año de contrato y «no sé si será el último, pero quiero ser feliz. En la Volta Haimar me dijo que en pocos equipos había visto un ambiente tan bueno como el que teníamos en la mesa. Nos está costando ganar, pero con esta unión vendrán las victorias».

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