Todavía sin ganar el Tour de Francia se ha convertido en el deportista más popular de Colombia, un país que vive el ciclismo con mucha intensidad y pasión.
¿Cómo lleva la popularidad que genera en Colombia?
Es difícil controlarla. De momento, lo llevamos controlado, no me agobia lo suficiente como para tener que marcharme a otro sitio. Hasta ahora puedo vivir tranquilo donde he vivido siempre. Vamos a ver qué pasa después del Tour.
Esa respuesta da a entender que piensa en ganar el Tour.
Siempre que lo he corrido he pensado en ganarlo, pero no se dieron las circunstancias.
Va a correr el Gran Premio Miguel Indurain, ¿ha coincidido alguna vez con él?
Alguna vez me lo he cruzado entrenando. Le he visto en el podio de su carrera, pero nunca he hablado con él. Yo nunca he sido de pedir autógrafos a ningún corredor. No soy de agobiar a nadie por una foto. Cuando llegué a Europa vi a corredores a los que solo conocía de la televisión. Entonces estaba en auge Andy Schleck. Coincidí en el mismo hotel que él, pero no se me ocurrió pedirle una foto. También me pasó con Alberto Contador. Les tenía respeto y admiración. Mis compañeros sí se hacían fotos con ellos. Yo les decía que corriesen delante, que se podía. Yo trataba de ir delante.