Tiene 40 años, nació en Bera, pero vive desde hace mucho tiempo en Hondarribia, aunque mejor sería decir que vive por el mundo y tiene residencia en la población guipuzcoana. Patxi Vila, director-preparador del equipo Tinkoff, se ha convertido en la mano derecha de Peter Sagan, aunque él habla siempre de los siete ciclistas del Tinkoff que prepara, entre los que también está el polaco Rafal Majka.
Conoce muy bien la Vuelta al País Vasco y lo que se van a encontrar los ciclistas: «¿Cómo es la Vuelta? Como siempre, dura. ¿Hay alguna Vuelta al País Vasco que no sea dura? Lo que ya no sé es si es más dura o no que otros años. Es una carrera que se te puede escapar desde el primer día, aunque yo creo que los que se van a jugar la carrera no lo harán hasta la crono. Si vas acumulando segundos de pérdida te pueden costar al final la prueba, pero para tres o cuatro corredores no será nada definitivo. Hablamos de puertos cortos, excepto Arrate, que tampoco termina de hacer nunca diferencias», comenta.
A un estudioso del mundo del deporte y de la bicicleta en particular, acaba de llegar de hacer un máster de alto rendimiento en deportes cíclicos (ciclismo, natación, piragüismo, carrera a pie), le llama la atención la contrarreloj de Eibar: «No es una crono normal, tiene subida y bajada. Es distinta a las de otros años, que podían considerarse cronos más reales. La subida es dura y la bajada, técnica. Entre tres o cuatro corredores se jugarán la general en la contrarreloj». Dice de la etapa final en Eibar que «puedes perder la carrera subiendo y ganarla bajando. En el alto, entre los favoritos no habrá muchos segundos de diferencia».
Toma como referencia lo que se ha visto en la Volta a Catalunya, «en la que Nairo Quintana y Contador han estado muy igualados. No creo que en la Vuelta al País Vasco marquen diferencias antes de la contrarreloj, no al menos importantes. Son dos grandísimos corredores y tanto a ellos como a otros ciclistas de su nivel, salvo que se les tuerza alguna etapa, con un terreno complicado, en el que es difícil recuperar, puede acumularse la fatiga, y haya alguien que se salga, nadie les va a meter mucho tiempo. Más que de muchas diferencias, veo una carrera de eliminación».
Planteamiento de Movistar
Cita como favoritos los nombres que están en boca de todo el mundo: «Yo veo a Contador, Purito y Quintana como los tres que van a estar mejor. Son corredores que se mueven muy bien en ese tipo de terreno. Tanto Purito como Contador se criaron como ciclistas aquí, son buenos técnica y tácticamente y les van muy bien este tipo de puertos. Contador ha ganado en tres ocasiones la prueba y eso quiere decir algo».
Ve un nivel medio muy fuerte en Euskadi, «aunque hay diferencias entre unos corredores y otros porque el nivel es muy alto».
A Patxi Vila le gustaría estar con su equipo en la Vuelta, pero le tocará acudir a las clásicas, Vuelta a Flandes y París-Roubaix. Hoy mismo sale para Bélgica para incorporarse a los Tres Días de la Panne. Su inicio de temporada está resultando muy intenso.
«Desde la Vuelta a San Luis, en enero, no he parado. De allí nos fuimos a ver el circuito olímpico de Río junto a Sagan. Más tarde estuvimos tres semanas en Sierra Nevada, con siete corredores, y luego corrimos Strade Bianche, Tirreno-Adriático y Milán-San Remo. Ahora haré La Panne y luego Vuelta a Flandes y París-Roubaix. Pararé hasta Romandía para luego ir a California. En Estados Unidos hará Peter otra concentración en altitud, y nos quedará la Vuelta a Suiza y el Tour».
Se le nota a gusto con el grupo de trabajo que tiene, en el que están Majka, Boaro, Sagan, Gatto, Bodnar o Baska: «La verdad es que trabajo muy a gusto con todos ellos. Sagan está muy bien de forma. Nos fuimos a altitud en febrero, que parecía un poco arriesgado, pero las cosas están saliendo bien. Ganó Gante-Wevelgem, fue segundo en el G.P. Harelbeeke. Es un superdotado, pero trabaja mucho. Quizá sea demasiado generoso en carrera, algo difícil de cambiar. En ciclismo todo no se puede medir. Si se le cae delante Gaviria en la Milán-San Remo, eso es algo imprevisible, y esas cosas no se pueden controlar».