Ver los informes que Organizaciones Ciclistas Euskadi ha entregado a la Unión Ciclista Internacional (UCI) produce el mismo efecto que observar un cuerpo humano diseccionado por un médico forense.
La carrera ha destripado todos sus apartados, salvo lo que pueda pasar en la carretera a nivel deportivo, que es lo único que no se puede controlar. Han llevado al límite todo lo que configura una prueba ciclista del WorldTour. Los enviados de la UCI a Donostia -visita que interesaba a la propia OCE- se llevaron cinco amplios informes de todo lo que forma parte de la Vuelta al País Vasco.
«Hemos milimetrado todo lo que hacemos en los temas más diversos, lo que llevamos haciendo desde hace mucho tiempo con muchas personas y entes involucrados. Nos dijeron que el trabajo que hemos hecho es muy bueno. Ahora ya saben cómo funcionamos y cómo planteamos la prueba», explica José Luis Arrieta, presidente de la OCE.
Comenzaron por un amplio informe, el libro de ruta -pero fotografiado-, los rutómetros, los horarios, los finales de cada etapa, los perfiles «y la incorporación de una aplicación Google X que permite a todos los equipos, corredores y aficionados que quieran verlo seguir todo el recorrido de las etapas desde la salida hasta la meta con todas las dificultades que se van a encontrar. Los equipos ya lo tienen para que puedan estudiarlas».
Despliegue médico
La Ertzaintza también ha realizado su informe de todo el recorrido, con documentación de las etapas, rutómetros, salidas, llegadas, puertos, gráficos de los puntos que consideran que pueden resultar conflictivos, fotos aéreas con la utilización de Google Maps... «Van a disponer de cuatro coches, un helicóptero y alrededor de treinta motoristas en carrera, además de la implicación de los voluntarios y las autoridades de las zonas por las que discurrirá la carrera», señala José Luis Arrieta.
El equipo de señalización, fundamental en toda competición ciclista, también tiene pergeñado todo su trabajo gracias a un amplio dispositivo gráfico «con curvas, rotondas, los lugares en los que colocar los carteles de cada etapa... Se han hecho el recorrido, como otros muchos, unas cuantas veces. Tendremos siete vehículos de señalización y cada día se colocarán 350 carteles en lugares visibles en distintos puntos. Vamos a contar, entre todos los apartados, con unos ochenta vehículos que dependen de la organización».
Un apartado delicado es el de la asistencia médica, con el traumatólogo José Ignacio Azurmendi a la cabeza, además de los intensivistas Iñaki Novo, Iker García y Lander Atutxa. El expresidente del Durango de rugby -ahora es directivo- y exjugador de este deporte dirigirá un dispositivo que contará con una amplia implicación de la DYA. «En ese apartado se moverán treinta personas. Contaremos con dos ambulancias medicalizadas y otras dos normales en carrera, más otras dos ambulancias en la llegada junto a las dos caravanas donde se llevará a cabo el control antidopaje. El informe explica su ubicación en salidas y llegadas, así como en carrera. En total dispondrán de 32 personas. Los tres intensivistas nos han llegado a través de Osakidetza».